Pablo Machín siguió ensayando y experimentando en el tercer partido de la pretemporada. El técnico sacó un once que fue cambiando a lo largo del partido con un Benfica que supo contener las acometidas, que no fueron demasiadas, del conjunto andaluz.
Desde el primero hasta el último minuto, el encuentro tuvo destellos, pero no terminó de arrancar. A ambos conjuntos se les vio con falta de ritmo y de físico, fruto de la escasez de entrenamientos de una pretemporada que todavía tiene pocos días.
El Sevilla, que tiene que subir el nivel de cara a los próximos partidos europeos, cayó por primera vez después de derrotar al Real Murcia y empatar con el Bournemouth. Nolito quiso abrir la lata primero, pero su gol fue anulado en un fuera de juego que nadie protestó.
El Benfica, más fresco en ideas, pudo hacer una de las jugadas de la pretemporada, pero no acabó en gol. Grimaldo se la puso a Castillo y este la dejó de pecho para que Rafa Silva entrara con todo, aunque su control se fue demasiado largo.
En la primera parte pudo delantarse el conjunto portugués, pero pecó de falta de efectividad y lucidez a la hora de definir. Ya en el segundo compás, el Sevilla hizo cambios y metió una marcha más a la que respondió el Benfica.
Castillo, que ya había gozado de alguna que otra ocasión, saltó más que nadie para rematar un centro con un cabezazo perfecto que se coló dentro de la portería. Roque Mesa pudo ser expulsado en unos momentos de tensión.
Sarabia lo intentó por última vez con un disparo de libre directo que se fue por encima del larguero hasta que el colegiadio pitó el final de un partido en el que Machín hizo apuntes positivos, pero en el que no brilló el fútbol.