Ni Chivas ni Tigres estaban pasando por un gran momento de forma. Los dos conjuntos llegaron al Estadio Universitario necesitados de tres puntos, pero solo podían caer de un lado de la balanza.
En este contexto, las miradas se centraron en las delanteras de los dos equipos. Jose Juan Macías, presente y futuro de México, contra André-Pierre Gignac, uno de los ídolos de la Liga.
Los tímidos acercamientos de la primera mitad se fueron intensificando con el paso de los minutos. Se veía que Chivas estaba mucho más suelto sobre el terreno de juego.
Macías lo intentó con la cabeza, pero llegó muy forzado al remate y se marchó desviado. El que no desperdició la siguiente que tuvo fue Antuna, que aprovechó el pase filtrado de Mier para batir a Ortega.
Se le acumularon los problemas a Tigres, que se quedó con un jugador menos tras la expulsión de Rafael Carioca, pero antes del descanso se igualaron las fuerzas, pues Ponce también vio dos amarillas.
El paso por el vestuario parecía haber activado a Tigres en la segunda mitad y Gignac obligó a Toño a lucirse en la primera acción. Pero todo fue un espejismo.
Macías aprovechó un error en la salida de balón del conjunto universitario y definió ante Ortega con un tiro cruzado. Sin nada más que perder, Ferretti lo empeñó todo al ataque.
Los cambios surtieron efecto y Chivas se encerró en su campo. Los córners se sucedían para Tigres uno tras otro, hasta que Gignac, esta vez sí, consiguió recortar distancias con un gran cabezazo.
Tigres continuó con su dinámica de asedio continuo y cada vez dejaban más espacios a su espalda. Hasta que Angulo, que había entrado en la segunda mitad, aprovechó una salida en falso de Ortega y sentenció el partido a puerta vacía en un contragolpe.