Ha sido como un descarrilamiento visto a cámara lenta. Y nadie ha movido un dedo para ponerle remedio. El Madrid ahora tiene que lidiar con el superávit de extracomunitarios que tiene en plantilla.
Primero se confirmó el 'Brexit', y luego, las condiciones para los futbolistas británicos en suelo comunitario. En resumen, no contarán como europeos ingleses, escoceses, galeses y norirlandeses.
El plan del Madrid parecía entonces pasar por desprenderse de Bale, y lo intentó de veras hace un año, pero su vuelta al Tottenham no resultó como esperaba, y acabó volviendo, devaluado, y sin nadie que quiera pagar al Madrid por un jugador que en un año será libre.
Y él tampoco quiere forzar la maquinaria, está muy a gusto cobrando la millonada pactada con los blancos años atrás. Eso obligaba a los blancos a acelerar su 'plan B', la obtención de la nacionalidad española para Vinicius.
Sin embargo, aunque es algo que para los futbolistas se logra de una manera mucho más rápida y fluida que para el resto de los mortales (y para prueba, lo de Laporte), los trámites no son sencillos.
No ha vuelto a haber noticias de este tema, lo que dificulta en gran medida que Take Kubo pueda formar parte de la plantilla blanca tampoco este curso.
En estos momentos tiene el Madrid a cinco extracomunitarios en nómina: Bale, Vinicius, Rodrygo, Militao y Kubo. Sobran, por tanto, tres. El japonés probablemente salga cedido, y la única forma de que los cuatro restantes puedan quedarse en el equipo es nacionalizar a uno de ellos, y el que más papeletas tiene es Vini.
El tiempo corre, pero a buen seguro que el Real Madrid está trabajando para resolver este problema que se ha encontrado en parte por obra y gracia del 'Brexit', pero también porque el plan no salió como se esperaba.