La goleada en tiempo reglamentario igualó la serie y forzó el desempate.
La tanda de cobros desde los 12 pasos terminó 2-4 a favor del Sport Recife, que no falló ninguno y que así dejó en silencio el imponente estadio Centenario de Montevideo.
Quizá Danubio mereció otra suerte porque jugó con la actitud que se necesitaba para darle vuelta al 3-0 en contra de la ida, marcó el 1-0 a los 14 minutos con Jonathan Dos Santos y logró su cometido de empatar la serie con dos tantos de penalti, ambos anotados por Lucas Olaza en los minutos 22 y 56.
Fueron tantas la garra y la consistencia del club uruguayo que por cuarta vez infló la red defendida por Magrao, de 40 años, ahora en una zambullida de Damián Malrechauffe entre los zagueros rivales.
El festejo uruguayo fue eufórico porque el gol representaba la clasificación pero el árbitro, el chileno Eduardo Gamboa, se fue donde su segundo asistente y, tras conversar los dos, invalidó la acción entre las protestas de los jugadores locales, que demás provocaron la expulsión de Malrechauffe.
Danubio lo intentó hasta el pitido final frente a un Sport Recife que se defendió con uñas y dientes, pero ya estaba echada la suerte de los penaltis.