Tanta incapacidad previa acabó convertida en un par de sobresaltos que cambiaron todo para dejarlo igual. El choque estaba condenado al empate, pero los goles en últimos cinco minutos al menos le dieron maquillaje.
El equipo visitante saltó mucho mejor al partido. Hasta de tres ocasiones claras dispuso en la primera mitad para haber inaugurado el marcador. Pero Kellyan inició así su recital. Lo más rescatable en clave blanquiazul.
Tras el paso por el descanso, los protagonistas siguieron siendo los mismos: el portero local y los fallos de Álvaro González.
Cuando nadie creía ya en los goles, una buena combinación del equipo de Manolo Sanlúcar la terminó empujando al interior de la portería Iván Jaime.
Parecía que los tres puntos se quedarían en Málaga. Sin embargo, hubo un último clavo ardiendo para el equipo almeriense, y lo utilizó a las mil maravillas gracias a un remate del canterano Jony.