Aunque ha quedado constatado durante todo el año que el Barça parece venirle algo grande y que no es santo de mucha devoción del entrenador, no está nada claro qué ocurrirá con su futuro este verano. Su actuación ante el Villarreal siembra más dudas.
Porque, indudablemente, el extremo brasileño fue un jugador diferencial en el choque, pese a que su actuación fue de más a menos. En el primer cuarto de hora ya había dinamitado el duelo con una asistencia y un gol.
Sus números no son nada malos, marca un gol cada 165 minutos. Además, algunos con estrella, como en el Giuseppe Meazza en Champions o ante el Madrid en el 'Clásico' copero de la ida. Pero la intermitencia es la que define su campaña.
Podría considerarse que su actuación en el Estadio de La Cerámica fuese un nuevo despegue, más aún después de haber dejado claro que pretende continuar sí o sí como azulgrana el próximo año. La cuestión es si llega a tiempo o no su reacción.
Porque hace tiempo que la planificación del próximo curso está en marcha y han sido muchas más las veces que los dirigentes han pensado que no ha estado a la altura de las expectativas.
Aún queda un arreón final de competición en el que Malcom espera seguir en esa línea y cambiar la idea de Valvarde con él.