Desde la temporada 2013-14, la Youth League viene poniendo a prueba a las mejores promesas del fútbol mundial antes de que estas completen su formación. El 17 de septiembre de 2013, el kosovar Sinan Bytyqi entró en la historia del torneo al conseguir el primer gol del torneo en un 1-4 que su equipo, el Manchester City, le endosó a las promesas del Viktoria Plzen.
El mediapunta nacido en Prizren, luego formado en Austria, compartía equipo con estrellas del presente como Angeliño, Jason Denayer, Seko Fofana, Rony Lopes o Pablo Maffeo, entre otros, y era una de las promesas más firmes de los 'citizens'. Quizás no para convertirse en una estrella del primer equipo, pero sí al menos para labrarse una longeva carrera en un equipo de cierto nivel de Europa.
Así discurría su carrera, con cesiones al Cambuur y el Go Ahead Eagles e incluso buenas palabras de Pep Guardiola cuando en el verano de 2016 hizo las maletas para jugar en este último equipo. Ya había debutado con el técnico de Santpedor, que le dio minutos en el amistoso jugado frente al Bayern en el Allianz del 20 de julio de 2016 (derrota 1-0).
En el Go Ahead Eagles no le estaban yendo mal las cosas, pero justo cuando se había logrado colar en el once de la jornada en la Eredivisie le llegó la peor noticia que podía recibir. "Me llamaron de la oficina del equipo y estaba el entrenador, los preparadores, los fisioterapeutas... Pensé que era extraño y, entonces, el técnico sacó un papel con el análisis anual de las pruebas médicas. Habían encontrado algo inusual en el corazón y tenía que volver casi de forma inmediata a Inglaterra", explicó en 2017 a 'Daily Mail' el futbolista, que en aquel mismo momento sabía que su carrera corría peligro.
"Me dijeron que si seguía jugando al fútbol tenía un 4% de opciones de que mi corazón dejara de funcionar y si no lo hacía la cifra se reducía hasta el 1%", explicó que descubrió tras el segundo análisis. Una vez confirmada su miocardía hipertrófica, la retirada fue prácticamente el único camino para un Bytyqi que pasó a formar parte del cuerpo de ojeadores internacionales del Manchester City.
Después de 4 años y medio, le surgió la oportunidad de seguir su carrera como entrenador en la Austria que le acogió junto a su familia cuando sus padres emigraron por la Guerra de Kosovo a finales de los años 90. Primero fue técnico del segundo equipo del Weiz, luego pasó a ser el segundo entrenador de Jörg Schirgi en el primer equipo y, desde el pasado mes de julio, dirige al modestísimo Grafenstein con solo 28 años.
Vida de sacrificios
Al contrario de lo que le ha sucedido a otros jóvenes de futuro, la vida de Bytyqi no fue sencilla. Cuando solo tenía 6 meses, sus padres huyeron rumbo a Austria, pero fueron detenidos y enviados de vuelta por no tener los papeles en regla. "Mis abuelas siempre dicen que nos escondimos en el bosque durante la guerra y cuando pudimos regresar todo había sido destrozado. Una vez tuvimos los papeles, pudimos instalarnos en Austria", recordó el ex jugador en la citada entrevista con el medio inglés.
Una vez en el país centroeuropeo, Bytyqi tomó la decisión de cambiar Klagenfurt por Viena con solo 14 años y allí pudo destacar en el juvenil del Admira Wacker a 3 horas de la que ya consideraba su casa. El kosovar fue descubierto entonces por los ojeadores del City, que le incorporaron en lo que fue otra aventura complicada para él. Con la llegada de Patrick Vieira al banquillo de las categorías inferiores del conjunto 'sky blue', Bytyqi explotó: "Patrick era increíble. Al principio fue duro, pero luego tenerle como entrenador marcó la diferencia".
Después del gol inaugural de la Youth League y de llegar a ser convocado sin debutar por Pellegrini en algún encuentro de la Copa de la Liga, Bytyqi se fue a préstamo primero al Cambuur y luego al Go Ahead Eagles: "Fue una experiencia fantástica. Normalmente, jugábamos para unos 10.000 espectadores, pero luego tenías al Ajax enfrente y llegaba a haber 50.000 almas animando".
En su mejor momento, tras ese inolvidable debut en el Allianz en amistoso con el primer equipo del City, Bytyqi recibió el golpe bajo de su problema cardíaco. El City, entonces, no le dejó de lado: "Txiki dijo que me mantendrían el contrato y apoyarían mi decisión. Sentía que tenía mucha responsabilidad y estaba decepcionando a mucha gente en Kosovo, pero la salud siempre es lo primero".
Después de escuchar al equipo 'citizen', que le ofreció pasar a ocupar un puesto en el organigrama del club o manifestó que le apoyaría si deseaba montar alguna tienda en el Etihad, decidió quedarse como ojeador. Entre sus trabajos estuvo seguir las evoluciones de los futbolistas de clubes satélite como el ahora en boca de todos Girona. Él pudo estar destinado a brillar en uno de ellos, pero la vida le tenía reservadas otras tareas diferentes a las del futbolista profesional.