Liverpool y Salzburg parecían dispuestos a ofrecer un gran espectáculo, y vaya si lo fue. La lástima para los austriacos es que los goles los estaban poniendo solo los ingleses.
El primer tanto llegó a los nueve minutos de juego, cuando Sadio Mané se puso el mono de trabajo, agarró la pelota y condujo. Empezó a dejar por el camino a rivales, y cuando se acercó al área rival, vio a Firmino.
Como hemos dicho, el brasileño lo mejora todo. ¿Y cómo mejorar una jugada individual sublime de Mané? Pues con una pared para quitarse el sombrero.
Mané se la dio a Firmino, y este se la devolvió al primer toque, antes de que el senegalés cayera en fuera de juego. El resto fue un juego de niños. Remate cruzado, con el bote justo para superar la pierna de Stankovic, y anotar, sin celebrar, el 1-0.
October 2, 2019
Pero los 'reds' no se quedaron ahí. El tanto de Mané tan solo abrió la lata. Maduró la goleada para hacerla efectiva pasado el ecuador del primer tiempo. Robertson, en el 25', con una gran jugada individual seguida de una combinación por la banda contraria, hizo el 2-0.
October 2, 2019
Y Salah, en el 36', hizo el tercero tras intentarlo por activa y por pasiva, empujando a placer un balón repelido por Stankovic tras el remate de cabeza de Firmino. El surcoreano Hwang Hee-Chan recortó distancias