El susto quedó en nada en Anfield. En la vuelta del 'You'll never walk alone' cantado por el público, el Liverpool se clasificó finalmente para la próxima edición de la Champions League.
Sabía el Liverpool que solo tenía que mirar a lo que hacía en Anfield y que no dependía de nadie. Y por ello se centró únicamente en ganar a un Crystal Palace que plantó cara.
Mané fue el artífice de la victoria 'red'. El extremo, con errores a la hora de centrar, sí estuvo acertado de cara a puerta con los dos goles que dejaron los tres puntos en casa.
Recibió el ultimatum del gol del Leicester y el Liverpool reaccionó. Se vio fuera por unos momentos, pero Mané metió la pierna en una jugada prolongada por Rhys Williams permitió volver a las posiciones de privilegio.
El Crystal Palace, que podía estar de vacaciones, quiso jugar de tú a tú al Liverpool y buscó el tanto del empate, lo que permitió abrir los espacios y salir a la contra.
Fue ahí cuando apareció el Liverpool de la 2019-20, el que maravilló y llevó a los 'reds' al título, un hecho que no se ha producido en esta campaña en la que ha sufrido hasta el final.
Y así, con velocidad, llegó el tanto de la sentencia. Los 'reds' marcaron el 2-0 de nuevo con Sadio Mané como goleador. Faltó, eso sí, el broche de un Salah que buscó igualar a Kane en la Bota de Oro de la Premier.
Klopp por fin pudo respirar en la que ha sido su temporada más extraña en las filas del Liverpool, con numerosas lesiones en la zaga y con la sensación de que se había acabado un ciclo.
Pero salieron los brotes verdes en el último partido de la temporada. El Liverpool que maravilló a Europa apareció con espacios para asegurar su presencia en la Champions League.