Para ganar una Liga no solo basta con tener los mejores jugadores o el mejor entrenador. Hace falta suerte, magia en momentos concretos y, como le pasó al Liverpool en Fulham, saber sobreponerse a errores propios y ajenos. El Liverpool sorteó el naufragio en un campo que no podía fallar gracias a Mané... y a Sergio Rico.
El africano, en un momento de forma excepcional -hace tiempo que es más líder que Salah-, marcó el primero y forzó el penalti del segundo. Fue el mejor, sin duda. Ágil, rápido, versátil y con gol. Ya suma 20 dianas esta temporada, por algo dicen que Zidane se ha fijado en él para el Madrid.
Después de un inicio de dominio 'red', Mané apareció para tirar una pared con Firmino y firmar el 0-1 en el minuto 26. Una jugada 'made in Liverpool', con Firmino como '9' pasador y Mané como extremo goleador. Versatilidad pura de los hombres de Klopp, que gestaron una pared magistral.
El Fulham trató de reaccionar con sus armas, que pasan por la fuerza de Mitrovic o la eficacia de Babel. Poco más, ciertamente. Por eso el conjunto de Craven Cottage está prácticamente descendido. Pero el Liverpool no contaba con que Van Dijk y Alisson iban a pegarse un tiro en el pie, sobre todo el segundo.
La jugada dejó a tres señalados, aunque el arquero se llevó la palma. Milner cedió un mal balón atrás, Van Dijk tardó en reaccionar y, cuando cedió de cabeza atrás, Alisson no supo bien lo que hacer. El ex de la Roma bien pudo atrapar el balón con sus manos, pero despejó... contra el pie de Babel. El ex del Liverpool anotó a puerta vacía y no lo celebró.
Restaban 16 minutos y al Liverpool se le escapaba el liderato. El City sonreía, pero Sergio Rico se encargó de devolver el regalo. El cancerbero español no atrapó un balón sencillo y Mané cazó el rechace dentro del área pequeña. La reacción de Rico, nefasta: agarrón a Mané y penalti. Lanzó y marcó Milner, el Liverpool terminó venciendo y, lo más importante, ejerciendo presión sobre el City.