Por más que lo intentara, el Málaga no logró llevarse la perla de su visita al Almería. Los 'indálicos' demostraron una gran capacidad de sufrimiento para mantenerse vivos en la lucha por el ascenso directo y alejar al combinado 'boquerón' de los puestos de arriba.
Eran muchos ojos los que estaban pendientes del partido del Juegos del Mediterráneo, que comenzó de forma accidentada, con malas noticias para los blanquiazules: Iván Calero, tras un golpe con Umar Sadiq, le dejó su lugar sobre el terreno de juego a Mohamed Benkhemassa. Poco tiempo después, Fernando volvería a los palos tras la lesión de Makaridze.
Y solo tres minutos después de pisar el césped por primera vez, Benkhemassa cometió un gravísimo error que mandó a Dani Barrio a recoger el balón del fondo de la portería. El argelino le regaló el balón a Fran Villalba en una zona muy comprometida. Sadiq recibió, encaró al guardameta visitante y le batió con un disparo cruzado.
Entonces, el choque entró en una fase en la que ninguno de los dos equipos terminó de imponer su dominio. Los rojiblancos se gustaban sacando el balón desde atrás con velocidad, mientras que, en el combinado blanquiazul, Caye Quintana se pegaba con Maras y Cuenca y Cristo lo intentaba por el costado zurdo.
Las lesiones propiciaron que Trujillo Suárez añadiera cuatro minutos a la primera mitad y ese fue el momento en el que el Málaga estableció las tablas. En la última jugada del primer tiempo, cuando más duele. Caye y Joaquín bailaron en la frontal del área hasta que el onubense cedió a la derecha y el malagueño batió a Fernando por abajo.
Volvieron los futbolistas tras el paso por los vestuarios y los 'boquerones' comenzaron la segunda mitad con la portería rival en el punto de mira. Llevaron la iniciativa y secaron a los locales en ataque, pero apenas lograron generar peligro.
Y entonces llegó un partido de ida y vuelta en el que el Almería demostró sentirse comodísimo. Después de una doble ocasión de Joaquín, cuando peor lo estaban pasando los de José Gomes, Nikola Maras cabeceó a las mallas un centro lateral.
Quedaban diez minutos para la conclusión, pero los de La Rosaleda, de nuevo sin profundidad, no volvieron a inquietar a Fernando. Todo lo contrario. En el tiempo de añadido, Largie Ramazani infligió un excesivo castigo para un Málaga que mereció algo más de su visita al Juegos del Mediterráneo.