Marc Ferris, uno de los laterales derechos insignia de la Academia del Valencia, se volvió a romper este fin de semana en el partido ante el Cornellá.
El defensor abandonó el terreno de juego entre lágrimas y ningún intento de consuelo le sirvió. Se rompió y él sabe bien lo que eso significa.
Ya el pasado curso pasó por lo mismo: una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha, que lo tuvo de baja toda la temporada. Y este año, capricho del destino, le espera lo mismo.
Sus lágrimas manifestaron su impotencia, pues solo pudo disputar dos partidos esta campaña, en la que, además, tenía muchas opciones de debutar con el primer equipo, que solo cuenta con un lateral diestro puro.