El brasileño es una de las estrellas de su equipo. Lleva en el plantel varios años y, desde hace tres temporadas, es de los máximos anotadores del cuadro. No baja de los 44 partidos jugados últimamente y no deja de firmar buenas cifras de cara a la portería.
En el encuentro ante el Slavia Sofía, estuvo a punto de hacer lo que mejor se le da: desatascar el enfrentamiento. En el minuto 78, marcó un gol después de que un compañero le diera un pase lateral raso que mandó al fondo de las mallas en el segundo palo.
Corrió hacia la grada, saltó la valla y se acercó a su novia, que le recibió con una sonrisa. Entones, se fundieron en un beso mientras el portero sacaba de puerta: el tanto estaba anulado por fuera de juego y ni él ni la chica se habían dado cuenta.
Al futbolista se le quedó cara de póker cuando se dio la vuelta y descubrió que su diana no había subido al marcador. Tuvo que incorporarse al terreno de juego a la carrera, pues, mientras estaba entretenido con su pareja, el choque seguía disputándose.