Marcelino le ha dado un lavado de imagen espectacular a este Athletic. En apenas unas semanas, campeón de la Supercopa de España, vivo en Copa del Rey y la mayor goleada de la temporada (junto al 4-0 ante el Betis con Garitano).
Era un partido importante para los dos equipos, especialmente para un Athletic que, por diversos motivos, estaba a tres puntos de la zona de descenso. Ahora, la realidad es bien distinta: Europa está más cerca... y con un partido menos.
Pero, al margen del resultado y la posición en la tabla, Marcelino tiene muchas noticias buenas con las que quedarse, empezando por su máximo exponente ofensivo: don Raúl García, que de nuevo volvió a ser clave con un doblete. ¿Quién decía que no valía para ser un '9'?
Otra buena nueva, la capacidad de reacción tan descarada que mostraron los 'leones'. Porque la cosa no pudo empezar peor, con ese gol de Cucurella de cabeza al medio minuto de partido. Conexión azulgrana: centro de Aleñá y cabezazo del carrilero zurdo en el segundo palo.
A partir de ahí, el Athletic se comió el partido por énfasis. A los cinco minutos pudo igualar desde el punto de penalti, pero lo que primero fue un derribo de Yáñez sobre Williams luego se convirtió en un balón dividido merced a la revisión en el VAR. El equipo arbitral acertó de pleno.
Y apareció Raúl García en el 13' para hacer el empate. El navarro se lanzó a lo Oliver y Benji para rematar un balón dulce de Muniain. La flechita miraba al cielo. Los jugadores notaron que el 'feeling' era perfecto, mejor que ante el Ibiza y sin la presión de la Supercopa. Jugar en casa es lo que tiene.
De hecho, la cosa estuvo a punto de cambiar con un penalti por mano de Unai Núñez. Cucurella le molestó lo justo. Acción tonta, pero punible. Pero en esas ocasiones al límite se demuestran y reafirman los grandes porteros, y Unai Simón lo es. Estirada fantástica y mano abajo en el disparo de Jaime Mata.
Por alguna razón psicológica, física... o, simplemente, llámenlo fútbol, el Athletic arrasó en la segunda parte. Pero por completo. No dejó títere con cabeza el equipo de Marcelino, que desde el minuto 50 dejó claras las cosas con un testarazo picado de Yeray a la salida de una falta nuevamente botada por Muniain.
Cumplida la hora de partido, y con el Getafe sin saber por dónde le venían los zarpazos, Raúl García allanó el camino con otro tremendo cabezazo. La asistencia, de Balenziaga, que sobresalió por la izquierda, pero que posteriormente se lesionó y tuvo que dejar su lugar a Lekue.
El Athletic, con demasiada complicidad, finiquitó la remontada con los goles de Berenguer, a pase fantástico de Iñaki Williams, y de Óscar de Marcos en otra jugada marca de la casa del recién entrado Villalibre. Salió todo para bendecir el camino en San Mamés. El Athletic, ante una nueva era, la 'era Marcelino'.