El PSG regresaba al campeonato liguero con la ilusión (y la obligación) de vencer a un Estrasburgo que llegaba al envite como penúltimo en la tabla de la Ligue 1.
El encuentro destacó por la demostración de apatía por parte de los pupilos de Christophe Galtier, que perdieron la motivación cuando se adelantaron en el marcador. Los parisinos jugaron con fuego, se acabaron quemando y Neymar casi evitó la posible reacción de los locales en el Parque de los Príncipes.
Por suerte para los capitalinos, Mbappé volvió a aparecer cuando peor estaba el partido para poner dar el tanto de la victoria en el último minuto.
Marquinhos abrió el camino del mínimo esfuerzo
El partido comenzó muy igualado por parte de ambos conjuntos. El Estrasburgo salieron con una intensidad que rozó la agresividad y acabó logrando que las estrellas del PSG no quisieran ser protagonismo.
Pasaban los primeros compases, los locales también entraron en el juego duro y el choque presentó un escenario muy trabado.
El PSG no mostraba velocidad en los ataques posicionales y tampoco salía con facilidad a la contra, ya que los visitantes estaban muy bien plantados en su propio campo.
En el minuto 15, Mbappé provocó una peligrosa falta lateral. Neymar, con confianza, agarró el esférico y lo puso medido en la cabeza de un Marquinhos que entró absolutamente solo al reamte. El PSG ya se puso por delante en el marcador con muy poco fútbol.
Diez minutos más tarde, Mbappé pudo encarrilar el choque, pero Sels respondió a la perfección al potente disparo a bocajarro del atacante galo. En el 30', el Estrasburgo tuvo la más clara para los vistantes tras un fallo clamoroso de Kevin Gameiro a placer para poner el tanto de la igualada. Sin embargo, se topó con un inmenso Donnarumma.
Dominio de los pupilos de Stéphan
El PSG se acomodó con el resultado y bajaron varios peldaños de intensidad con el marcador muy corto. El Estrasbrugo vio las grietas en defensa y lo acabó aprovechando.
En el minuto 42, Prcic lo intentó desde larga distancia, pero su disparo se marchó fuera. Tres minutos después, en la salida de un córner, Ajorque prolongó con la cabeza un esférico dentro del área y Nyamsi, de volea, remató alto ante la presión defensiva.
Tras el descanso, el escenario no iba a cambiar. Un PSG apático y conformista se mantenía en la fina línea del 1-0 con la confianza que no llegara el tanto del empate. Al final, acabó produciéndose.
En el 51', Thomasson puso un centro lateral al borde de la línea de fondo que tocó Marquinhos y se coló directamente en la portería de Donnarumma. El internacional brasileño hizo un doblete particular en ambas porterías.
A partir de ahí, el PSG intentó reaccionar en la mayor brevedad posible y cambiar la imagen especulativa en su propio campo.
En el minuto 54, Mbappé perdonó un mano a mano ante un Sels que hizo una intervención colosal. Ekitike, que estuvo muy desafortunado, se topaba una y otra vez con la zaga del 'RCS'.
Neymar complicó la remontada
Neymar tiene una calidad tan excelsa que da la sensación de que nunca resta en el césped, independientemente de lo inspirado que esté. Ante el Estrasburgo, el astro brasileño perjudicó de manera directa a los suyos.
El ex atacante del Barça tenía una amarilla tras endosar, de manera fortuita, un manotazo a un rival y en el minuto 62 protagonizó un 'piscinazo' injustificable que obligó al colegiado que mostrar la doble cartulina y la posterior expulsión.
El partido entró en una fase de máxima igualdad, ya que la calidad parisina se igualó a la superioridad numérica 'bleu et blanc'.
Mbappé, al rescate
Mbappé decidió echarse al equipo a la espalda, pero una vez más, Sels se encargó de frenar en seco al delantero francés. El Estrasburgo también avisaba a la portería contraria. Thomasson y Ajorque tuvieron un par de acercamientos sin excesivo peligro.
Cuando el choque estaba abocado al empate, Mbappé se inventó una incursión sobresaliente en el minuto 94 y provocó un claro penalti. Y cómo no, el galo no falló desde los once metros.
Esa acción sirvió para que el PSG sacara adelante una imagen gris ante un rival, a priori, asequible. Por suerte para los parisinos, pese a que Neymar restase o que Messi no estuviera en el verde, Mbappé siempre estará para maquillar las debilidades de los puplilos de Galtier.