Hay momentos en la vida en los que toca reorganizar las prioridades. Y ese le ha llegado a Kevin Mcdonald, que padece una enfermedad crónica renal desde hace más de una década y ahora se someterá a un trasplante de riñón.
El centrocampista del Fulham de 32 años, que este curso solo ha participado 55 minutos con el filial, no quiere esperar más: "Con los años, mi función renal ha empeorado. Eso es lo que sucede en mi enfermedad, empeora con el tiempo. Esperaba poder superar mi carrera futbolística y luego tener un trasplante de riñón al final, pero desafortunadamente no ha sucedido".
Mcdonald ha recibido el ofrecimiento de su hermano y de su mejor amigo, un regalo que no ha querido desaprovechar. "Les debo la vida", resume el futbolista.
El escocés descartó anteponer su carrera en los terrenos de juego a su salud: "El fútbol ha sido genial, pero necesito hacer esto y ahora, para poder vivir una vida normal. Podría aguantar y hacer diálisis cuatro veces por semana para alargar mi carrera, pero llega un momento en el que hay que abordar ciertas cosas".
"¿Querré jugar al fútbol? ¿Estaré preparado física y mentalmente o preferiré desarrollarme como entrenador? No lo sabré hasta que vea cómo me siento después de la operación", agregó en 'Sky Sport' sobre su futuro.
McDonald ha jugado un total de 491 encuentros como profesional, con 37 goles en su haber con las camisetas de Dundee, Burnley, Scunthorpe United, Notts County, Sheffield United, Wolves y Fulham.