El partido se jugó a lo que quiso Mancini, experto en encuentros de lento desarrollo y con pocas ocasiones, pero el Celtic rompió el muro.
Musonda conectó para McGregor quien, sin marca en el segundo palo, controló de pecho y batió a Lunev. El extremo belga tuvo un impacto claro en el ataque escocés.
El conjunto ruso se acercó poco a los dominios del Celtic y sólo firmó un tiro a puerta. Muy poco bagaje para un equipo con Rigoni y Driussi en sus filas.
Glasgow celebra una victoria, pero el 1-0 no supone una ventaja definitiva de cara al duelo de vuelta en San Petersburgo.