El fútbol español está en pie de guerra después de que el Real Madrid, en un comunicado público, mostrase la carta que le ha enviado al Comité Técnico de Árbitros y a la Federación Española quejándose del sistema de arbitraje, a raíz del encuentro entre el Espanyol y el cuadro blanco.
"No lo comparto. No he vivido la estructura corrompida. Porque alguien, que tiene que salir la resolución judicial, haya cometido un delito, el resto de generaciones anteriores y posteriores no tenemos culpa de eso. Yo no me tengo que avergonzar de nada. Ni yo ni mis compañeros somos corruptos", dijo Medina Cantalejo a Josep Pedrerol en 'El Cafelito'.
El presidente del CTA insistió en su defensa: "Podemos ser muy torpes, muy malos, pero corruptos te aseguro que no. Llevo mal que digan que mi organización está corrompida. Otra cosa es que yo tenga que sacar todos los días los pies a pasear y trabajar con eso que nos cae encima. No hay un ser humano que lo lleve bien".
"Los árbitros no van a perjudicar a nadie. En absoluto. Ten la plena seguridad de que son honrados, a pesar de comunicados, cartas, acciones, televisiones... Ningún árbitro va a un campo con la intención de hacerle daño a nadie", explicó un Medina Cantalejo que también aseguró que "esta jornada son 8 los árbitros que van a la nevera".
La jugada más polémica del fin de semana, y la que provocó el comunicado del Real Madrid, fue la entrada de Carlos Romero a Kylian Mbappé: "Lo que todo el mundo del fútbol ve, no pueden dejar de verlo un árbitro de campo y de VAR. Tenemos que proteger a los futbolistas. Está muy claro lo que ha pasado. Cuando yo veo algo que es de blanco o negro y la decisión obvia es blanco, y el árbitro opta por el negro, en esas decisiones yo no puedo darte un argumento o explicación.
El Real Madrid, en la misiva, ha pedido los audios entre el colegiado y la sala VOR: "Cualquier equipo que solicite con respeto puede ir a nuestros vestuarios y allí vemos. Si el Madrid pide ahora los audios, es un situación complicada. Cuando se pacifique la situación, no tenemos ningún inconveniente de que cualquier equipo vaya con respeto a hablar con nosotros. Ahora están las aguas tan movidas que lo mejor para todo es calmarnos".
"Para nosotros, el 'caso Negreira' ha sido terrible por lo que hemos pasado y es terrible por lo que estamos pasando. Pase lo que pase, la huella y la mancha que tendrá el arbitraje español será imborrable. Aunque luego salga indemne judicialmente, la mancha social y deportiva quedará durante mucho tiempo. Negreira era un vicepresidente con el que teníamos una relación prácticamente nula. Él llamaba a los árbitros para decirle que habían subido, pero por orden del presidente. A mí no me tiene que limpiar nadie porque no tengo ningún tupo de rémoras".