Esta temporada, el Girona tan solo ha perdido contra el Real Madrid en la Liga. El combinado de Míchel cuenta con una pléyade de alquimistas de la posesión, del regate y del gol. Este fin de semana, su equipo pasó por encima del Sevilla (le ganó por 5-1) en una exhibición más de varios de sus pilares. Artem Dovbyk es quien más atención se ganó, y merecidamente, por anotar un 'hat trick', pero Savinho, con un doblete de asistencias, también ha de ser examinado. BeSoccer Pro, de hecho, ha escaneado su perfil de gambetero.
El objetivo era determinar si se trata del mejor regateador de la Liga. La respuesta puede ser sí, pero también puede ser no. ¿Por qué? Porque las estadísticas ofrecen enfoques diversos. Si el lector se decanta por los datos brutos y es aficionado del brasileño, estará contento con la primera conclusión: en efecto, es el futbolista que más esquiva a sus rivales de lo que va de temporada. Lo ha logrado en 98 de 168 ocasiones.
Es a partir de aquí cuando el asunto se complica. ¿Esto quiere decir, directamente, que es es el más destacado del campeonato? En cifras absolutas, sí, aunque no es el más efectivo. Su porcentaje de éxito al encarar al contrincante es del 58.3%. Tampoco es quien a más contrarios deja atrás por partido (4.7 veces de media). Sus números, de todos modos, son brillantes y ayudan a explorar que hay homólogos que también han de formar parte del debate.
Volviendo a totales, Bryan Zaragoza es quien más regates intenta en la Liga, con 177. Le salen bien 80, o sea, el 45.2% con un promedio de 4.21 por enfrentamiento. No en vano el Bayern de Múnich le ha fichado como valor de futuro para irle dando forma en la banda del Allianz Arena o con alguna cesión provechosa. Si bien su descaro le aleja de ser más garante de ganar sus duelos, es lo que le ha lanzado a la Bundesliga y a la Selección Española.
Lo mucho o lo poco que un gambetero elude a un defensa por encuentro es importante para complementar los factores brutos, que pueden ser engañosos. Los jugadores analizados rondan todos los 20 enfrentamientos este curso a excepción de Vinicius, que estuvo un tiempo lesionado y tan solo ha podido salir al campo 12 veces en el ámbito doméstico. De ahí que no pueda discutir el dominio de Bryan o Savinho en las 'stats' que lideran, pero comande los ratios por cita junto a Nico Williams.
Ambos extremos se van de 4.83 rivales por partido. Son los que más lo hacen. Sus porcentajes de efectividad, de 52.4% para el pupilo de Ernesto Valverde y de 50.88% para el de Carlo Ancelotti, no son la referencia, Aun así, si a los técnicos de la Liga Española les atrae contar con expertos en casar su continuidad en los onces iniciales con su insistencia a la hora de encarar a la zaga, deben fijarse en ellos.
Si, en cambio, el estratega se decanta por que su aprendiz no se la juegue tanto y regatee solo cuando sabe que va a salir bien parado, su hombre es Takefusa Kubo. Con un 60.9% de éxito, es quien más se deshace de la presión contraria y no precisamente por faltarle valentía. De sus 141 amagos, recortes o fintas, 86 han terminado con él por delante del futbolista que se le interponía. Es comprensible, así, que se haya asentado como una pieza fundamental para Imanol Alguacil, que le ha perdido estas semanas por la Copa Asia.
Más casos destacables
Que Bryan Zaragoza, Savinho, Nico Williams, Takefusa Kubo y Vinicius sean los más destacados, a nivel estadístico, en el regate de la Liga no quiere decir que un jugador no pueda ser fundamental para su equipo en este sentido sin liderar alguna 'stat'. Es el caso de valores como Lucas Ocampos, Rodrygo Goes, Iñaki Williams o Jonathan Bamba. El brasileño, de hecho, tiene motivos de sobra para sentarse en la mesa de su compatriota y compañero en el Real Madrid.
Si se filtran los datos que encabezan el análisis anterior para acotarlos a zonas peligrosas del campo, Rodrygo es el más destacado, con 29 intentos de regate cerca de la portería contraria y 17 con éxito. Su porcentaje de tino, del 58.62%, explica que Carlo Ancelotti haya confiado en él y en Vini para compensar la ausencia de un '9' referencia a la perfección, si bien la irrupción de Jude Bellingham ha sido el aporte maestro en este sentido.
Ocampos, con objetivos mucho menos ambiciosos, este año, que los puntas de lanza 'merengues', se ha erigido en un engranaje importante de un Sevilla en apuros. Probablemente termine la campaña apartado de los principales focos, que apuntarán a la disputa por el campeonato. Él, entretanto, estará enfangado en el tumulto por la permanencia, en el que es especialmente meritorio que brille tanto por haber tenido que adaptarse ya a varios entrenadores en la 23-24.
Iñaki, que está de permiso en la Copa África y ha cedido su puesto en la delantera de San Mamés a Gorka Guruzeta, es una presencia que puede resultar inesperada en el 'ranking' de regateadores. Se le suele concebir más como ariete en parte por su capacidad de remate y en parte por cómo su hermano asume más labores de gambeteador en el Athletic. Aun así, es mucho más que un punta: rasga defensas, crea huecos a su espalda y los ocupa él mismo si se tercia.
Bamba, en cierto sentido, vive una situación parecida a la de Ocampos porque el Celta, en su Centenario, se ha visto metido en el toma y daca por evitar el descenso. Su fichaje, gratuito, fue notorio en verano: venía de ganar la Ligue 1 con aquel Lille de Christophe Galtier. Actualmente, mantiene un valor de mercado de 19.6 millones de euros que confirma un negocio redondo para Balaídos. Si no se habla más de él a nivel general, es por la caída de los celestes en la tabla. Ahora, enrolado en la Copa África con Costa de Marfil, no puede aportar su explosividad en Vigo -al menos de momento-.