Mendy y Mateu Lahoz acercan a Catar a ser la peor anfitriona de la historia

El partido entre Catar y Senegal se presentaba como el primer duelo fatídico del Mundial de Catar 2022, ya que una de las dos selecciones podrían quedar prácticamente eliminadas del prestigioso torneo.
El combinado dirigido por Félix Sánchez llegaba al choque tras caer por 0-2 ante Ecuador en el partido inaugural, mientras que los africanos perdieron con el mismo resultado ante Países Bajos.
El duelo comenzó con un dominio del balón estéril de los pupilos de Aliou Cissé, ya que le costaba un mundo llegar a portería contraria y generar ocasiones claras. Las primeras oportunidades aparecieron desde larga distancia o en zonas con poca probabilidad de hacer gol.
En los primeros minutos, Ismaila Sarr avisó con un disparo al lateral de la red tras tocar en un defensor. Mateu Lahoz señaló saque de puerta y se empezaba a vaticinar que su debut en el prestigioson torneo no iba a ser el soñado.
En el minuto 9, Mendy también quiso probar fortuna desde larga distancia, pero el balón se marchó desviado. La primera de Catar llegó cuando se cumplió la primera media hora de juego. Afif disparó alto y comenzó su reconversión particular en ser un dolor de muelas para la zaga africana.
Senegal seguía mandando en el esférico y no cesaba en el empeño de intentarlo desde larga distancia, provocado por plan de Félix Sánchez que buscaba defender replegados y sin grietas en el área propia. Diatta, con un centro-chut, y Sabaly, con un tiro escorado, fueron las ocasiones sin éxito más claras hasta que llegó el punto de inflesión del partido.
Se cumplía el minuto 34 cuando Afif cogió la moto y, de una manera vertiginosa, dejó atrás al portentoso ismaila Sarr que acabó arrolando al atacante catarí dentro del área. Con la actitud protagonista que el caracteriza al bueno de Mateu, el árbitro español se acercó al '11' del combinado anfitrión y le dijo que no hubo absolutamente nada.
Las protestas desesperadas del futbolista del Al Sadd fueron en balde. Lo más sorprendente fue que el VAR tampoco instó al colegiado valenciano para revisar la acción, ya que es humano y, aunque parezca increíble, su posición en el campo pudo no ser la mejor para ver el penalti evidente sobre el extremo de 26 años.
Cosas del fútbol, tan solo cinco minutos después de la desafortunada acción Khoukhi, central catarí, cometió un error de alevines y regaló un balón a Boulaye Dia que no suele fallar ese tipo de oportunidades. Los pupilos de Sánchez pasaron del 1-0 al 0-1. La primera mitad finalizó sin mucha más historia, ya que Senegal se dedicó a enfriar el partido con el objetivo de marcharse por delante en el marcador.
Los primeros 45 minutos de Catar, salvo el error grosero de su zaguero, fueron muy completos y el orden del combinado local compensó la evidente diferencia de calidad y física. Con lo cual, se esperaba que la segunda parte podría tener opciones de meterse en el choque.
Sin embargo, la suerte tampoco sonrió a los cataríes. A los tres minutos de la segunda mitad, el punta Diédhiou anotó uno de los mejores goles con la cabeza desde que arrancó el campeonato en la salida de un córner ejecutado por el carrilero Jakobs.
A partir de ahí, lo que entraba en la lógica era una Catar hundida y Senegal goleando. Nada más lejos de la realidad, el balompié nunca dejará de sorprendernos.
El cuadro africano decidió dejarse ir y levantar el pie del acelerador. Los jugadores de Cissé no pudieron tomar una peor decisión. En el 55', Hassan tuvo una ocasión clamorosa en el corazón del área, pero su disparo fue repelido por un compañero. Cinco minutos más tarde, de nuevo el zaguero lo intentó desde más de 30 metros y su potente disparo lamió el palo rival.
Las ocasiones no encontraban portería, pero como la Selección Catarí no dejó de creer, tuvieron que forzar a un Mendy que fue señalazo ante Países Bajos por no estar acertado.
El meta del Chelsea dio un auténtico recital. La primera fue en el minuto 62, cuando tuvo que estirarse abajo y sacar una mano salvadora tras el disparo de Almoez. Sin embargo, la parada que copará muchas portadas deportivas fue en el 67'.
El carrilero Ró-Ró remató un centro lateral a bocajarro y Mendy tuvo una respuesta espectacular. El arquero 'blue' se estiró y se hizo enorme bajo palos para evitar que los anfitriones recortaran distancias.
El asedio era constante y tanto va el cántaro a la fuente que... al final se rompe. Y llegó el primer gol de Catar en la historia de los Mundiales. Muntari selló su nombre con letras de oro en la historia del fútbol del Oriente Medio tras cabecear un centro lateral de Ismaeel Mohammad.
El sufrimiento era algo que estaba dispuesto a asumir los 'Leones de Teranga'. Por suerte para la hinchada africana y para Aliou Cissé, la tranquilidad iba a llegar antes de lo previsto.
En el minuto 84, Dieng, extremo del Marsella, remató un centro raso de Ndiaye y puso el definitivo 1-3. La felicidad de la afición senegalesa en las gradas regaló una oda al colorido y a la fiesta del fútbol africano.
El partido iba a finalizar con un disparo peligroso de Hassan que se marchó fuera y con un Aliou Cissé feliz en el banquillo del estadio de Al Thumama.
Con este resultado, Senegal presenta su candidatura para clasificarse para los octavos de final del Mundial y colgarse la medalla de ser la primer equipo de África que gana un partido en la presente edición.
La Selección Catarí, por su parte, se encuentra virtualmente eliminada de la fase de grupos y oposita a convertirse en la peor selección anfitriona en la historia de los Mundiales, ya que dicha distinción la tiene Sudáfrica desde 2010, donde tan solo sumó un solo punto en el grupo. Si el conjunto dirigido por Félix Sánchez cae ante Países Bajos en la última jornada, será historia negativa del fútbol internacional.
Al fin y al cabo, parafraseando al periodista Albert Ortega en su cuenta de Twitter, te puedes preparar desde hace 12 años, tener todos los recursos económicos y tecnológicos posibles, invertir miles de millones de euros, que te toque unos oponentes que le puedes hacer frente, pero lo que nunca podrá hacer Catar es tener tradición futbolística. La base de todo.