Los primeros 45 minutos fueron claramente de dominio local el Mensajero sin tener claras oportunidades, si que tocaba en espacios cortos y triangulaba bien el balón, mientras el Real Unión se limitaba a defenderse del buen juego local.
Mediada la primera mitad las fuerzas se fueron igualando y el fútbol volvió al centro del campo, ambos conjuntos no dispusieron de oportunidades de gol, ni fueron capaces de lograr un lanzamiento entre los tres palos.
Tras el descanso y nada más comenzar el segundo periodo, un centro desde la línea de fondo de Yeray Pérez, lo controló en el borde del área Gabi Ramos y su posterior golpeo se alojó en la portería que defendía, tras el descanso Jon Tena.
Luego llegaron en ese momento los peores minutos para el Real Unión, pero la veteranía la picardía y la habilidad también son virtudes que juegan un papel importante en esto del fútbol.
Una entrada dura a Víctor Marco y una posterior trifulca provocó que el balón siguiera en juego ya que el colegiado no señaló la falta, y mientras los jugadores locales acorralaban al jugador vasco autor de la entrada, sus compañeros siguieron buscando la portería sin ningún oponente y tras encarar Jorge Galán al guardameta Ioné en el 55 empató el partido.
Desde el momento del empate y hasta el final del choque, el emparejamiento se embarulló, se jugó mas con el corazón que con la cabeza y eso evitó que ambos conjuntos dispusieran de oportunidades para deshacer el empate.