La relación entre la directiva del Barcelona y sus jugadores se ha tensado demasiado durante este verano. Ayer, todo pareció llegar a su máximo punto de fricción con las fotos junto a Neymar apenas unas horas después de que el club informara de la denuncia contra el brasileño por el cobro de su prima de renovación.
Pero las fotos apenas fueron la punta de un iceberg que no ha dejado de crecer durante el verano. Las palabras de Piqué, las quejas de Busquets por la falta de fichajes, los ataques de la directiva hacia algunos jugadores tras la derrota en el Camp Nou contra el Madrid...
De fondo, la firma de Messi tras el anuncio de su renovación hace ya unos meses. El argentino sigue sin estampar su conformidad en negro sobre blanco, pese a las afirmaciones de Bartomeu ante los socios.
Ahora, ambos tendrán la oportunidad de acercar posturas durante el vuelo que les llevará hasta Mónaco. Un viaje que puede adecentar los problemas institucionales del Barça o complicarlos un poco más.