Comenzó el Eibar con ímpetu, con una apuesta valiente de Mendilibar para tratar de imponer una presión asfixiante a los de Valverde. Un movimiento táctico arriesgado, que a punto estuvo de castigar el FC Barcelona con dos ocasiones de gol en apenas siete minutos.
Tras los sustos iniciales, el técnico 'armero' logró corregir su esquema, reformulando un planteamiento ofensivo que chocaba con la actitud 'culé', parapetados en su campo para salir al contragolpe con más fe que vértigo. Las embestidas de Malcom no eran secundadas por sus compañeros, que cohabitaban en ritmos distintos.
Apenas se había cumplido el minuto 20, cuando Gerard Piqué resbalaba en su área y perdía la marca al imponente Sergi Enrich. El delantero local amortiguó el balón para dejárselo de cara a Cucurella, que fusiló a Cillessen. El canterano 'culé' cedido en Ipurua batió al guardameta holandés, al que el balón se le coló por debajo del brazo.
Mazazo del Eibar al que el FC Barcelona reaccionó con timidez, hasta que Leo Messi, prácticamente desaparecido durante la primera media hora de juego, entró a escena. Arturo Vidal, hiperactivo como siempre, supo leer entre líneas y filtró en profundidad un balón al argentino, que regateó y batió a Dmitrovic con insultante facilidad.
Sin tiempo para lamentos, en apenas 90 segundos, Leo Messi firmaba su doblete. La línea defensiva del Eibar se fundió con la del centro del campo y el '10' galopó sin oposición hacia el guardameta 'armero' y forjó su nueva Bota de Oro con un globito sublime, ante la incredulidad y las protestas locales.
Doblete en 90 segundos
Pese a que el VOR revisó la posición del argentino en el momento del pase en profundidad, Munuera Montera validó el tanto con el pinganillo y Messi sumó su tanto número 36 en Liga, cuatro más que los que acumula Kylian Mbappé a falta de la última jornada de la Ligue 1.
El doblete del '10' dejó grogui al Eibar, que parecía pedir el descanso como agua de mayo. Sin embargo, Cillessen quiso redondear su mala tarde en Ipurua y salió de su área para despejar un balón sin justificación ni acierto. El holandés combinó involuntariamente con De Blasis, que firmó el 2-2 con una volea inapelable.
El paso por vestuarios no hizo si no resetear el encuentro y, como si de un 'déjà vu' se tratase, Eibar y FC Barcelona volvieron a sus roles iniciales del primer tiempo. Mendilibar mantuvo su línea de presión adelantada y Valverde solo cambió a Wagué por Semedo, lesionado tras un golpe en la cabeza con Enrich al filo del descanso y por el que tuvo que ser trasladado al hospital
La baja intensidad 'culé' brindó una nueva oportunidad a Cillessen para resarcirse de sus errores anteriores. El guardameta holandés se empleó a fondo para despejar un disparo lejano de Charles, que volvió a zarandear a los campeones de Liga en la recta final del campeonato.
Ilusorio arrebato de campeón
Minutos después, Piqué galopó de área a área para plantarse frente a Dmitrovic y tratar de batirle con un disparo cruzado. El guardameta 'armero' detuvo el tiro del central, pero elogió su jugada con un honorable aplauso. Un gesto de complicidad que a punto estuvo de borrar Malcom.
Leo Messi dejó solo al brasileño frente a Dmitrovic, pero tuvo tantas opciones para marcar que acabó desperdiciando la ocasión más clara para el FC Barcelona en el segundo tiempo para anotar. Ni encontró a Piqué, que esperaba para empujar en el área pequeña, ni lo introdujo al fondo de las mallas.
Cucurella correspondió la condescendencia de Malcom minutos después, enviando al limbo un pase atrás de Orellana. El canterano 'culé' perdonó a su FC Barcelona al querer acomodarse el disparo a la derecha, cuando el destino pedía a gritos empalmarla con su zurda natural.
Un cúmulo de imprecisiones que dio pie a la recta final de un campeonato que terminó sin grandes sobresaltos. Un último ensayo del FC Barcelona para la final de la Copa del Rey, en el que Leo Messi bajó el telón de LaLiga 2018-19, bordando su nueva Bota de Oro con su enésimo doblete.