Entre el tempranero 0-1 de Semedo y la roja de Bernardo, Leo Messi no necesitó quemar mucho gas durante el choque de Montilivi. Eso no quiere decir que no esté atento como el buen depredador que es. A poco más de 20 minutos para el final, lo demostró.
Con el Girona lanzado a por el empate, Luis Suárez robó un esférico y lanzó un contragolpe mortal. Pase al hueco para Jordi Alba y la clásica asistencia del lateral. Messi, tras controlar el esférico y con pulsaciones bajas, vio la salida de Bono y le puso la bola por encima. La acarició y gol, 0-2.
Así que el equipo de Eusebio Sacristán se sumó a la lista de las últimas víctimas del rosarino. Desde que hiciera un doblete en Cornellà-El Prat el pasado 8 de diciembre contra el Espanyol, dio continuidad ante Levante ('hat trick'), Celta, Getafe, Eibar y Leganés.
El tanto subió al marcador a pesar de la consulta de González Fuertes al VAR. Las imágenes revisaron la posición de arranque de Jordi Alba en el momento del pase de Luis Suárez, aunque el lateral internacional partió en línea.
Fue, además, el decimonoveno tanto del argentino esta temporada, lo cual le confirma como máximo goleador de LaLiga y refuerza su candidatura a acabar Bota de Oro del curso.
27 de enero de 2019