El delantero argentino viene arrastrando molestias desde hace algunas semanas, tal y como confirmó Sampaoli para argumentar su ausencia en el partido que disputó Argentina contra Italia en la jornada del viernes. Así, se ha desatado el 'miedo messiánico'. Está el escénico, que es el que sufre Andre Gomes en el Barça, y está el 'messiánico', que es el pavor que supone jugar sin el '10'.
Messi lleva a sus espaldas un total de 47 partidos disputados entre el Barcelona y Argentina. Sólo ha sido suplentes en tres de ellos y de los 44 restantes, ha disputado en todos los 90 minutos a excepción del amistoso antre Chapecoense en el Joan Gamper y los tres duelos de la International Champions Cup.
Una carga de partidos tremenda pese a la regulación que el delantero mantiene en cada encuentro, sabiendo bajar el ritmo o acelerarlo según las necesidades de su equipo. Ahora, con los cuartos de final de la Champions a la vuelta de la esquina, la Liga resuelta y el Mundial en el horizonte, Messi prefirió echar el freno con Argentina.
Ante España quiere jugar, pero no se decidirá hasta el mismo martes. Es algo que Cristiano ya comprendió hace dos temporadas y que le ha permitido llegar al tramo final de los dos últimos años en un estado de forma envidiable. Sus números así lo demuestran.
Si bien es cierto que Messi arrastra molestias desde hace algunos partidos, su rendimiento no lo ha notado. Eso sí, una lesión muscular ahora podría ser un duro castigo para las aspiraciones europeas del Barcelona, que podría empezar a darle descanso al argentino en Liga para intentar evitar ese riesgo todo lo posible.
De fondo, el sueño del Mundial y la necesidad de llegar en un estado de forma óptimo para intentar aprovechar la última oportunidad que tendrá de levantar el gran título que le falta. Tocará medir muy bien esfuerzos para que un problema muscular no complique las cosas.