Los fotógrafos andan siempre al quite para capturar la historia. En ocasiones, se dan momentos muy bellos. Como una foto repetida casi medio siglo después. Muy cargada de simbología por sus protagonistas.
Hay que ponerse en contexto, porque además resulta más que caprichoso. Pelé había cuestionado la capacidad anotadora del argentino en su última comparación con Maradona. "¿Cómo pueden hacerlo con un tipo que cabecea bien, chuta con la diestra y la zurda ante otro que solo tira con una pierna y tiene solo una habilidad?".
El triplete de Messi ante el Sevilla tuvo de todo: obús de volea, definición sutil de vaselina y, curiosamente, un gran derechazo que se coló prácticamente por la escuadra. Y justamente en la celebración de ese 2-2, el rosarino se convirtió en Pelé. Y Dembélé, en Jairzinho.
23 de febrero de 2019
El francés le había dado el pase atrás a Messi, así que corrió a abrazarse con el galo para festejarlo. Saltó sobre él, le abrazó y elevó el puño derecho. Y ahí los flashes dejaron una foto calcada a la que se convirtió en icono de la final del Mundial del 70 entre Brasil e Italia.
Aquel Mundial, el cuarto que disputaba Pelé, le ascendió a leyenda. Cerca de la treintena, tuvieron que convencerle para que tirara de la 'canarinha'. Y a fe que lo hizo con algunas escenas que están en la retina del fútbol.
El bautizado como "mejor no gol de la historia", el tiro ante Inglaterra que supuso 'La Parada del Siglo', su doblete ante Rumanía... Y, cómo no, el primer gol de la final ante Italia, que dejó esa histórica imagen con Jairzinho, luego coronado con dos asistencias para redondear el 4-1.
Su 'hat trick' en Sevilla no valió un título, aunque sí dio un puñetazo en la mesa de cara a ganarlo. Sin embargo, tras limpiar las dos escuadras y echarse al equipo encima para obrar la remontada, Messi volvió a dejar claro por qué le llaman 'The G.O.A.T.'.
Pelé siempre ha querido quitarle méritos, abrazado a esa corriente de los que dicen que con su selección no es ese jugador determinante que sí muestra en el Barça. Messi, que nunca habló mal de él, sigue contradiciéndole en el campo.
Solo hay que echar un vistazo a las fotos para entender que son dos futbolistas de otra dimensión. Y, más allá de filias personales, para la historia quedarán mimetizadas dos fotografías de dos de los mayores astros que ha dado y dará el fútbol.