Está habituado a llevarse muchos galardones, algunos de ellos con mucho mayor peso específico, como los cinco Balones de Oro que hacen brillar su casa. Sin embargo, su discurso pareció el de alguien no acostumbrado cuando levantó el 'The Best'.
O, acaso, sorprendido. Puede que no esperara ganarlo. Aunque dio la sensación de lo más especial de dicho galardón estribaba en que lo recogía como un feliz cabeza de familia. "Muchas gracias. Antes que nada quiero, obviamente, agradecer a todos los que decidieron que este reconocimiento sea para mí", comenzó diciendo.
"La verdad es que siempre digo que para mí los premios individuales son una cosa secundaria, primero está lo colectivo", quiso acotar, pero luego su discurso se fue haciendo más tierno: "Es una noche especial para mí. Tengo la suerte de tener sentada ahí a mi mujer y, sobre todo, a dos de mis tres hijos (Thiago y Mateo). Es la primera vez que están aquí, Thiago vino a una pero era muy chiquito y no recuerda nada".
Y es que precisamente fue la evocación a sus hijos la que mostró el lado más emocional del 'crack' del Barça. "Verlos ahí y disfrutar este momento con ellos es algo único, no tiene precio. Son unos enamorados del fútbol y están enloquecidos con todos los jugadores que ven, no saben si pedirles fotos. Tímidos y felices a la vez, por eso es un día extraordinario. También con Ciro, que se quedó en casa, pues cada vez es más difícil organizarse".
Messi, que le ganó la partida a Cristiano Ronaldo y Virgil van Dijk en la votación final, quedó bastante frustrado por la sorprendente remontada del Liverpool en los cuartos de final de la pasada Champions.
Así que la gala le dejó un buen sabor de boca. En ella había sido protagonista ya. Primero, viendo cómo el joven Daniel Zsóri le 'arrebataba' el premio Puskás al mejor tanto del pasado curso.
Eso sí, minutos fue incluido en el mejor once de la temporada junto a su compañero de equipo Frenkie de Jong.