Suena extraño, pero hay grandes clubes del mundo que todavía no saben lo que es enfrentarse con Messi. Hasta este miércoles, Boca Juniors ya era uno de ellos. El argentino tenía esa deuda con un club de su país y la saldó como suele, respondiendo bien.
El rosarino fue protagonista del segundo tanto en el 3-0 final. Tiró una pared con un defensa de Guillermo Barros y la bola se le quedó frente a frente con Andrada. Ahí abrió el tarro de las esencias con una vaselina en estático que dejó sin opciones al meta de Boca.
Ya se había dado la opción de que pudiera jugar contra los 'xeneizes' en 2008, cuando Boca también fue el rival en el Joan Gamper. No obstante, el delantero estaba disputando los Juegos Olímpicos de Pekín con la Selección Argentina (acabó ganándola).
Hasta ese instante, Messi solo se había visto las caras contra Estudiantes de la Plata y River Plate. Contra ambos fue en la final de un Mundialito, y los dos se llevaron un tanto en contra.
Ahora solo le faltan dos rivales muy especiales para cerrar el círculo: Newell's Old Boys y Rosario Central, los dos equipos de su ciudad natal.