En el denominado 'Choque de gigantes', Miazga acaparó el protagonismo al reírse de su adversario. Un gesto que enfadó sobremanera al combinado azteca.
Tras el partido, Miazga dio sus explicaciones. No pidió perdón, reconoció que fue divertido y dejó caer que todo fue una estrategia para descentrar a la Selección de México.
"Pasó lo que ustedes vieron. Hablamos un poco, es parte del juego. Era un poco de broma, pero sí, fue divertido", afirmó Miazga a los periodistas.
"Nos metimos en su cabeza, les sacaron la roja, perdieron el control y ganamos el juego en lo mental también", comentó el futbolista de Estados Unidos.
12 de septiembre de 2018