El madrileño, que por razones extradeportivas tiene a un sector de la afición en su contra y que por ello fue silbado cuando saltó al campo en el partido ante el Elche, dijo este lunes en una conferencia de prensa que asume su "responsabilidad" por esas protestas pero que "cada vez que llueve el paraguas de Miguel Torres no puede acoger toda la lluvia".
"A la afición no le puedo pedir nada, aunque a ningún jugador le gusta que le piten. Siempre me he sentido querido y me sigo sintiendo, y siempre he respetado a todas las aficiones", señaló el defensa, quien destacó que está en el equipo que quiere "estar" y reconoció que es feliz "después de mucho tiempo esperando" para volver a jugar.
Añadió que fue "un año muy duro a nivel profesional" pero que su comportamiento "siempre fue el mismo" cuando jugó más o menos porque siempre respetó a sus "compañeros y al club", por lo que deseó que se pueda acabar la temporada "con un ascenso".
En este sentido, se refirió al Deportivo, con el que el Málaga iniciará el miércoles en La Coruña la primera eliminatoria de promoción, y dijo que "es un rival de primera entidad" y en su campo "es difícil de ganar y habrá un ambiente hostil".
10 de junio de 2019