Arrancó el encuentro el Celta queriendo dominar, asumiendo el protagonismo desde el inicio para sorprender a un Valencia que esperaba parapetado en su campo para salir con mucho vértigo al contralpe.
A base de galopadas a lomos de Guedes, el conjunto 'che' se fue deshaciendo del mando local para exhibir su poderío físico ofensivo, tejiendo un asedio sostenido sobre la portería de Sergio Álvarez.
No se había cumplido la primera media hora de encuentro, cuando el guardameta del Celta firmó la primera del sinfín de intervenciones providenciales que dejó durante el encuentro, erigiéndose como el gran salvador del cuadro local.
A la ocasión desperdiciada de Andreas Pereira le siguió la de Guedes, que, aunque era el más activo, no conseguía cerrar sus vertiginosas diagonales con precisión en sus disparos, desquiciando a Marcelino en la banda.
Arrancada la moto 'che', el Valencia mantuvo la ofensiva sobre un Celta que trataba de mecer la voracidad de su rival con más fe que argumentos, donde Wass trataba de templar la agresividad de su rival intimidando a Neto.
El descanso se reanudó con una marcha más de los visitantes, que exigieron de nuevo a Sergio Álvarez sus mejores intervenciones para mantener el empate en un marcador que deshizo Santi Mina para pedir perdón.
Lejos de amilanarse, el Celta interumpió el monólogo de Marcelino gracias a un testarazo de Maxi Gómez. El uruguayo firmó unas tablas que, a pesar del carrusel de ocasiones, perduró hasta el final del encuentro.
Empate y reparto de puntos en Balaídos, que acerca al Valencia a su objetivo de disputar la Champions League y aleja a los gallegos de la lucha por disputar la Europa League el próximo curso.