El objetivo principal de su marcha del Chelsea pasa por la recuperación de los minutos que perdió en Londres, de su autoestima y, sobre todo, del gol.
Cuando Álvaro Morata abandonó Madrid en el verano de 2017, su mente tenía como meta el deseo de participar en el Mundial de Rusia 2018 y convertirse en un jugador de primer nivel europeo.
Por aquel entonces, recuperado por el cuadro blanco tras su erasmus en Turín, el punta salido de 'La Fábrica' ocupaba un rol importante, pero secundario. Pieza fundamental en el once atípico de Zidane y que la prensa bautizó como equipo 'B'. No fue suficiente para él.
Y entonces viajo a la 'City', oficinas centrales del imperio anglosajón. Allí fue plácidamente acunado sobre las manos de Abramovic, pero las lesiones, primero, y una crisis de confianza, después, lastraron las dianas de una promesa -muy cara- que jamás llegó a florecer a orillas del Támesis.
El supuesto interés del Barcelona en él es una manzana envenenada. Demasiado grande como para no verlo, el conjunto 'culé' ofrece una tentación que no es más que un fantasma de su pasado.
En la Ciudad Condal el '9' tiene nombre y apellido, Luis Suárez, y aquel elegido para aterrizar a las órdenes de Ernesto Valverde debe tener claro que pasará más tiempo en el banquillo que sobre el césped. Algo que el actual número '29' no está dispuesto a soportar.
Un reflejo de esta situación puede encontrarse en figuras como la de Paco Alcácer, prometedor delantero español que ha pasado del infierno -a la sombra del tridente azulgrana- a recuperar sus mejores sensaciones en Dortmund.
Además, el Barcelona tendría que lidiar con una previsible lucha de egos en un tramo muy importante de la temporada y con un jugador que es seguidor del gran rival a ojos de la afición.
Lo mismo sucede con el Atlético de Madrid, aunque está opción, más rentable para el propio jugador a nivel de minutos, parece más viable tras las últimas informaciones que situaron a Morata cerca de la ciudad deportiva del conjunto 'colchonero'.
Con ambas aficiones en contra de su llegada, Morata aún no tiene nada decidido. Una decisión que podría marcar el futuro a corto plazo de uno de los jugadores con más proyección del panorama futbolístico español.