El Tottenham pone tierra de por medio, al menos con respecto al City, y se coloca como líder virtual de la Premier League. El City cosecha su segunda derrota del curso, y se queda sin marcar por primera vez en esta temporada.
Qué poco ha necesitado el Tottenham para hundir al City. Le ha metido dos goles con cuatro disparos a puerta, una estadística demoledora que evidencia dos cosas: lo eficaz que es el Tottenham de Mourinho y lo endeble que es el City de Guardiola.
Desde el primer minuto quedó claro que el Tottenham iba a jugar a la contra, y que iba a dejar al City cargar con la responsabilidad de generar juego. Es decir, los estilos con los que Pep y Mou están más cómodos.
El primer aviso lo dio el City, un tiro de Ferran Torres a los dos minutos, que no revistió excesivo peligro porque el ex del Valencia se resbaló al chutar. Pero el gol llegó en la otra portería.
En el 5', el Tottenham pilló por sorpresa a la zaga 'skyblue'. Ndombele se encontró con los desmarques de Son y Kane, y vio que los centrales del City se fueron como locos a por el segundo. Y él, muy hábil, filtró el balón al primero.
El resultado, Son se quedó mano a mano con Ederson, a quien batió por entre las piernas en su salida a la desesperada. Madrugador mazazo a los esquemas de Guardiola.
Y aunque los de Pep pudieron haber empatado pronto, con una buena ocasión de Gabriel Jesus que él mismo abortó al llevarse un pelotazo de De Bruyne estando en fuera de juego, fue el Tottenham quien amenazó con desnivelar por completo la contienda.
Porque en el 13' volvieron a marcar los 'spurs', en una jugada a la contra, como todas las de peligro suyas, que acabó con Son regalando el gol a Kane. Pero ese último pase, el que dejaba solo al bombardero inglés, lo invalidó todo. Estaba adelantado, y el VAR lo confirmó.
El partido entró entonces en la dinámica que lo definió durante gran parte del tiempo que restaba. El City iba a atacar, por las bandas o filtrando balones a Gabriel Jesus, pero se iba a estrellar una y otra vez con el muro del Tottenham.
Peor aún (para los 'skyblues', claro), los 'spurs' salían cada vez que podían a la contra, causando estragos en una zaga que en el Tottenham Hotspur Stadium demostró ser harto frágil.
Y, para colmo, el City vio como el VAR le anulaba el atanto del empate. Gabriel Jesus controló ayudándose del brazo un balón dentro del área, antes de asistir a Laporte para que el central, con una muy buena definición, batiese a Lloris.
El segundo tiempo llegó relativamente pronto, y continuó con el guión establecido en el primero, con salvedades. Porque el City empezó a tirar desde fuera del área, sin resultado.
La ansiedad estaba devorando lentamente a los de Guardiola, que veían como nada de lo que intentaban daba resultado. Pero Pep no movió ficha. El primero en hacerlo fue Mou.
Y acertó de lleno. Metió a Lo Celso y en la primera pelota que tocó el argentino, un regalo de Kane, hizo el segundo. De nuevo batiendo por debajo de las piernas a Ederson. De nuevo, tras un contragolpe.
Tenía controlado el encuentro Mourinho, y solo la lesión de Alderweireld, cuyo partido fue de diez, amenazó con alterarle. Entró Rodon, lo que dejó sin minutos a Bale, y el Tottenham aguantó las embestidas, con más corazón que cabeza, de un City mentalmente agotado.
Con el pitido final, la euforia. Ganó 2-0 el Tottenham, se aupó al liderato y propinó su segunda derrota de la temporada a un Manchester City que se quedó sin marcar por primera vez en esta temporada.