El partido del Manchester United fue un ejemplo de lo que necesitan los 'red devil' en el mercado. Ni defendieron ni atacaron, pese a que se puso por delante en el segundo minuto del partido.
A Mourinho se le cambió la cara cuando Davinson Sánchez derribó a Martial cuando todavía no se había llegado al primer minuto. Y Bruno Fernandes, el hombre más seguro desde los onces metros, no falló.
Pero si algo tiene este Tottenham, además de la conexión entre Son y Kane, es una gran capacidad de reacción. Y en apenas cinco minutos dio la vuelta no solo al partido, sino a las sensaciones.
Primero con Ndombele con un error garrafal de Maguire y posteriormente Son, en el que fue una nueva exhibición del atacante surcoreano en el verde.
Se salvó el Manchester United ante un Tottenham totalmente crecido. David de Gea se hizo gigante, pero nada pudo hacer en una de las acciones más polémicas del encuentro.
Lamela dejó el brazo a Martial y el 'red devil' contestó con una agresión. El colegiado solo vio la acción del francés, al que echó directamente a vestuarios antes de que el Tottenham lo aprovechase con dos goles más, obras de Kane y Son.
El partido, sentenciado en la primera mitad, solo sirvió para comprobar que el Tottenham tenía mucha hambre en Old Trafford. Se quitó Mourinho los males en el que fue su estadio y provocó un pequeño incendio.
Aurier, asistente en la primera parte, se sumó a la fiesta y Pogba aumentó el 'vae diei' del Manchester United al hacer un penalti que transformó Kane para cerrar la goleada.