De sobra es conocido el carácter de José Mourinho en el banquillo. Una forma de ver y sentir el fútbol que le ha hecho protagonizar más de un espectáculo en los distintos equipos por los que ha pasado.
Una de sus primeras etapas tuvo lugar en el Chelsea. Allí, el luso tuvo un gran paso, aunque no todo fue de color de rosa precisamente. Un ex jugador suyo como fue Jon Obi Mikel abordó una anécdota en forma de cabreo por aquel entonces.
"Creo que Salah estaba jugando mal. Mourinho entró al vestuario y lo atacó, lo agarró efusivamente. Estaba llorando, y lo que pasó luego es que Mourinho no lo dejó volver al campo en el segundo tiempo. Se lo cargó, hubiera sido más fácil cambiarlo y decir 'no estás jugando bien, siéntate, no vas a volver al campo'. Pero lo hirió y se lo cargó", confesó.
Pero no fue el único rifirrafe que tuvo el portugués, ya que con Kevin de Bruyne también tuvo sus más y sus menos: "Kevin siempre fue travieso, estaba solo, de mal humor. Nunca podías sacarle nada. Pero ahora cuando lo veo jugar... qué alegría. Qué alegría verlo. Cuando miro a jugadores como ellos, que se han convertido en los mejores del mundo, me resulta increíble. Se han vuelto más fuertes físicamente, más rápidos. ¡No sé qué les pasó!".