La victoria del Tottenham sobre el Everton quedó empañada por el encontronazo que tuvieron sobre el césped Son y Lloris, aunque luego se fundieron en un abrazo tras el encuentro.
Mourinho, tras certificar la victoria, le restó importancia a esa pelea: "Lo que pasó fue hermoso. Si quieren culpar a alguien de lo que pasó, ese soy yo".
"Fui muy crítico con mis chicos porque ellos no eran lo suficientemente exigentes con ellos mismos. Les pedí que demostrasen ese espíritu de equipo", añadió.
Y es que el mensaje de 'The Special One' caló profundo en sus jugadores. "Al final del primer tiempo sucedió lo de Son. És un chico increíble que todos quieren y que juega en equipo. Pero en ese momento, Lloris pensó que tenía que dar más. No sé si fue un poco forzado o no, pero fue importante para que el equipo creciera".
Por último, el luso confesó que pensaba que todo iba a quedar en nada. "Les dije en el descanso que no tenía dudas de que se mantendrían juntos hasta el final", concluyó.