Por si no bastó con el 'hat trick' de hace un par de campañas, Cristiano Ronaldo volvió a interponerse en los sueños europeos del Atlético de Madrid. Como en 2014, 2015, 2016 o 2017.
El luso disputó su choque 33 ante el Atlético y alcanzó los 25 goles con un triplete sideral, histórico. Incontestable. Dos tantos anotados desde el cielo, tras abandonar momentáneamente el trono de rey único que ocupa en la que sin duda es su competición. El tercero, en un penalti que castigó los desajustes defensivos de un Atlético demasiado timorato en Turín.
El partido del ex del Real Madrid calcó el disputado en la ida de las semifinales de 2017 o en la despedida del Calderón en Liga, a finales de 2016. Otro 3-0 encajado, siempre con Cristiano como ejecutor.
Tras no estar acertado en la ida, como en el resto de esta discreta Champions, el 'bianconero' olió sangre de nuevo en las eliminatorias. Como ante el Bayern en los cuartos de 2017 o contra el Wolfsburgo, en el ya lejano 2016.
Ya avisó en una de las primeras acciones del partido, cuando su ímpetu en la presión a Oblak evitó un tanto de la Juventus. Pero, más sereno con el paso de los minutos, fue decisivo después para cobrarse la venganza del encuentro del Metropolitano.
En la primera parte, bajó de los cielos para convertir en golazo un melón de Bernardeschi. Tras el descanso, llegó el segundo gracias a la tecnología de gol, esta vez a centro de su compatriota Cancelo.
El 3-0 llegó en una de sus especialidades, el lanzamiento de penalti. Un tiro desde los once metros en el que ya amargó al Atlético en la final de 2016. Y que también fue verdugo de los rojiblancos en la final de 2014, siempre de penalti.
De nuevo una visita a Italia acabó con las aspiraciones de uno de los conjuntos 'top' de la Liga en la Champions. Esta vez no fue el trabajo y la fe de la Roma y sí la actuación descomunal de uno de los mejores jugadores de la historia de la Copa de Europa. Mr. Cristiano Ronaldo, Mr. Champions League.