La Premier es así. Poco importa que el líder y casi invencible Liverpool reciba en casa a un equipo más cerca del descenso que de Europa. Los de Klopp volvieron a demostrar que tienen hambre de liga y la exteriorizaron mediante Mohamed Salah.
Otra vez más, el egipcio fue el alma de un equipo que sigue caminando a paso firme hacia la Premier League. 'Mo', decisivo de nuevo, anotó dos goles y le dio alas a un Liverpool que vuela muy alto.
El partido se puso feo desde el inicio para el Liverpool. Dominaba sobre el campo, pero Townsend, con un gol en el 34', desequilibró al balanza y mandó al Crystal Palace al descanso con ventaja.
Una vez comenzó al segunda mitad, el Liverpool despertó porque Salah puso el despertador bien temprano, en el 46'. Lo hizo con un remate acrobático que fue seguido por el gol 1.000 del Liverpool como local en Premier, obra de Firmino en el 53'.
Pero no estaba todo decidido tras el tanto del brasileño. Tomkins firmó el empate poco después y el partido quedó para que Salah, a falta de 15 minutos y con la ayuda de Speroni, pusiera el 3-2.
Los últimos suspiros regalaron a los aficionados al fútbol dos goles más que no cambiaron el significado del marcador. Mané anotó en el 90' y Meyer intentó la machada sin casi tiempo en el 95', firmando el 4-3 definitivo para que el Liverpool duerma a siete puntos del City.