Para su ilusionante proyecto en Segunda, el Málaga confió su portería al marroquí Munir, que aterrizó en La Rosaleda después de asentarse con grandes actuaciones en el Numancia. Ya en Málaga, el cancerbero no ha bajado el nivel.
Como muestra, la última jugada del reciente partido en Almería. Con su equipo ganando, Munir se encontró con un mano a mano en el minuto 94, el cual solventó con una fantástica parada.
Los tres puntos viajaron hasta Málaga, al igual que ocurriera en la primera fecha del curso. En Lugo, con el Málaga perdiendo 1-0, Munir dio alas a los suyos con una intervención muy meritoria.
Muñiz y el malaguismo están encantados con su guardameta, que cederá la próxima jornada su puesto al polaco Kieszek por encontrarse concentrado con la Selección Marroquí.