Un dominio claro, una tarjeta roja y un misil. Fueron los tres puntos maestros del empate entre el Espanyol y el Oviedo en la jornada 28 de Segunda División. Uniendo estos eventos, se puede trazar qué ocurrió en el césped del RCDE Stadium para el nuevo pinchazo 'perico' y la tranquilidad carbayona.
El dominio claro corrió de la cuenta de los de Vicente Moreno. Esta atmósfera de partido de su tramo más evidente en la primera parte y fue diluyéndose en la segunda. El equipo maniató y dominó con calma a un contrincante que siempre iba a remolque. La posesión acomodada y sin prisas, un Keidi Bare muy técnico, un Darder tan vital en la distribución como de costumbre y un RDT insistente, sus pilares.
Pero fue Melendo el encargado de traducirlo en un merecido gol. Tras un zapatazo de Raúl de Tomás desde la frontal, fue más listo que nadie para pescar el rechace, echarlo a la red y adelantar a los suyos. Esta tempranera diana (minuto 9) intensificó el gobierno local.
Una tarjeta roja frustró el buen trabajo del Espanyol. Dídac Vilà, poco antes del descanso, le pisó el tobillo con los tacos a Juanjo Nieto. Vio la amarilla en un principio, el colegiado fue a revisar la acción al monitor y decidió al final mandarle a las duchas. Se pasó de frenada en una zona del campo en que no era necesario y comprometió la victoria de los suyos.
Lo curioso fue que no por ello el Oviedo logró plantarse ante Diego López, al menos no claramente. Los del Cuco Ziganda iban ganando terreno poco a poco encomendados a Borja y Sangalli como responsables de prender la chispa y Tejera en el reparto de balones y disparos lejanos.
Pero el Espanyol, con uno menos, no solo se cubría bien, sino que ponía a prueba a Grippo, Bolaño y Joan Femenías en cuanto podía. No fue hasta la entrada estelar, ruidosa, perfecta de Nahuel cuando los asturianos pudieron convertir su superioridad numérica en gol.
Y lo hicieron por la puerta grande. El '15' tomó su primer balón desde que entró al campo, lo condujo desde la banda a la frontal, levantó la cabeza y lo colocó en la escuadra de Diego López con un zapatazo bestial. Nada pudo hacer el cancerbero, igual que los carbayones por culminar la remontada. Tontearon hasta el final con el 1-2 y tuvieron que firmar el 1-1.