La noche de remontada se acabó convirtiendo en una pesadilla para el Nàstic, que seguirá una temporada más en Primera Federación después de perder su eliminatoria de ascenso contra el Málaga en el último minuto del añadido de la prórroga. Y para más inri, el club tarraconense podría ser duramente sancionado después de las incidencias que reflejó en su acta el gallego Eder Mallo Fernández, árbitro del partido.
De todo, lo más grave y que podría acarrear incluso el cierre del Nou Estadi durante varias jornadas es lo que ocurrió después del partido. Según el escrito del colegiado, tanto él como sus compañeros tuvieron que ser escoltados hasta su vestuario, donde fueron acosados, increpados e incluso amenazados de muerte. Reproducimos textualmente cómo refleja estos sucesos en el apartado de otras observaciones:
"Una vez nos encontramos en vestuarios, pudiendo acceder a ellos gracias a la ayuda de la fuerza pública, se producen multitud de incidentes en la puerta de nuestro vestuario. Detallamos:
- Golpean con agresividad nuestra puerta en hasta 24 ocasiones.
- Se dirigen hacia nosotros abriendo la puerta y gritándonos, entre lo que identificamos lo siguiente:
'Vais a morir
Sinvergüenzas
Tu hijo va a morir
Ojalá os matéis
Hijos de p*ta
Que muera vuestra p*ta familia
Cobardes hijos de p*ta (con amenazas de "dar la cara hijos de p*ta que os vais a enterar" en hasta 25 ocasiones)
No tienes huevos
Tu p*ta madre
Te voy a recibir hasta el final, si tienes huevos baja (en 4 ocasiones)'
- Llegamos a temer por nuestra integridad física al ver cómo abrían la puerta y nos increpaban.
- La seguridad presente nos indica que les es imposible retirar y controlar a esta gente puesto que, según nos dicen, 'son varios directivos y propietarios del club'.
Nos comunica la fuerza pública que debemos salir escoltados hacia los vehículos y en carretera hasta la llegada al hotel para garantizar nuestra integridad".
Además, tras el final del partido, Mallo Fernández también relata que "una vez finalizado el partido, cuando nos retiramos a vestuarios, un miembro del cuerpo técnico del club local, identificado por su indumentaria pero sin poder saber su identidad puesto que salió en carrera, empujó a mi asistente número 1 por las escaleras del túnel de vestuarios". Por suerte, no lamentó "ninguna lesión".
El partido se detuvo siete minutos
El escrito del árbitro es así de duro, pero no es lo único. Volviendo hasta la primera parte, en el minuto 33 "se observa el lanzamiento de una moneda de 20 céntimos en el área donde se encontraba el portero visitante", aunque esta no llegó a impactar en Alfonso Herrero. No obstante, se activó el protocolo y se avisó a los aficionados por la megafonía del Nou Estadi.
Ya en la segunda mitad, el Nàstic se quedó con un jugador menos en el minuto 63 por la doble amarilla a Nacho González. Tras ser expulsado, el colegiado asegura que el central "se dirigió al cuarto árbitro, encarándose hacia él y llegando a golpearle con su dedo índice en la zona derecha de su costado. Tras ello, se mantiene en boca de vestuarios, visible desde el terreno de juego, presenciando el partido y negándose a retirarse" pese a las "instancias" de los jueces "y del equipo de seguridad". Asimismo, explica que continuó increpando "tanto al equipo arbitral como al equipo rival".
June 23, 2024
Una vez en la prórroga, el encuentro llegó a ser detenido en el 113' "tras producirse el lanzamiento de varios balones". "Estuvo detenido el juego durante siete minutos, en lo que se comunicaba esta situación con coordinadores de seguridad, entrenadores y delegados, llegando a un consenso para continuar y controlar los balones ubicados en la zona del cuarto árbitro. No se volvió a producir este tipo de lanzamientos, pudiendo finalizar el partido", refleja.
Por último, antes incluso de que Antonio Cordero empatara el partido y le diera el ascenso al Málaga, Mallo Fernández expulsó a David Concha del banquillo "por salir del área técnica gritando y gesticulando" para protestar. Según el testimonio del asistente, se dirigió a los árbitros exclamando "sois unos sinvergüenzas, hijos de p*ta". Tras ello, se negó a marcharse al vestuario. Además, asegura que previamente le lanzó al cuarto árbitro "el agua de una botella de 33cl, vaciándola sobre su cuerpo".
En total, el partido se saldó con seis tarjetas amarillas, dos expulsados y una ristra de incidentes. Quedarse sin ascenso no fue la única mala consecuencia para el Gimnàstic de Tarragona, que ahora tendrá que someterse al juicio del Comité Antiviolencia de la RFEF.