'Zizou' siempre ha tenido buena prensal acerca de la gestión de la plantilla. El galo sabe que cada vez que confía en alguno de sus jugadores, otros se quedan descolgados y con necesidad de algún mimo.
Zidane podría compensar sus suplencias ante el PSG con una nueva oportunidad de reivindicarse. En el caso de Bale, ante el cuadro 'armero' tiene la opción de reencontrarse con sus mejores sensaciones y con el gol, una de las mejores llaves para abrir puertas en el fútbol.
Bale, hasta hace relativamente poco, disfrutó del cartel de indiscutible, honores que nunca ha tenido Isco. El malagueño ya está acostumbrado a vivir en una montaña rusa de minutos y confianza y un buen puñado de minutos ayudarían a que la atracción detenga su descenso y vuelva a subir de nuevo.
A la espera de conocer los once elegidos por Zidane, todo apunta a que ambos atacantes tienen muchas papeletas de ser de la partida. Unos necesitan desahogarse, firmar una gran actuación a modo de grito metafórico que libere tanta rabia contenida. Otro precisa de motivos, especialmente, de cara a la recta final del curso donde todas las piezas tendrán su momento.