Cuando comenzaron todos los rumores sobre su posible salida, el PSG pareció plantarse y puso un precio desorbitado a Neymar. 'Le Parisien' aseguró en su día que Al-Khelaïfi no se desprendería de su icono por menos de 300 millones de euros y el mismo medio confirma que el club ahora estudiaría ofertas de unos 222 millones.
Las repetitivas señales de Neymar, que desea dejar el Parque de los Príncipes, habrían calado en su actual club: ni al PSG le interesa tener a Neymar a disgusto ni al futbolista le vendría bien declararse en rebeldía.
Por ello, Leonardo podría reconsiderar el precio inicial y el club estudiaría ofertas que rondaran los 200 millones de euros. Lo ideal para los galos sería recibir al menos lo que pagaron para sacarle de la Ciudad Condal, esos 222 millones de euros que dejarían más que amortizada la operación, con dos años de buen fútbol y un montón de ingresos extradeportivos por la figura del astro brasileño.
El Barcelona, eso sí, no pretende hacer ninguna locura para la vuelta del jugador. Los condicionantes no son sólo económicos, pues en 'can Barça' aún dolió su manera de salir, además de que están todos los procesos abiertos que club y jugador mantienen en los juzgados.
El club azulgrana, por otra parte, sólo aceptaría su vuelta si Neymar viera con buenos ojos una bajada salarial. En definitiva, un montón de condicionantes que dificultan la operación independientemente de esta supuesta bajada de precio del PSG.
Mientras, parece que Neymar, con problemas extradeportivos y múltiples lesiones en los últimos tiempos, apenas despierta interés en el resto de grandes de Europa. Así que él sólo se plantea volver a la que fue su casa y de la que ya reconoce en su círculo cercano que nunca debería haber salido.