El Olympique de Marsella derrotó al PSG en un partido donde el fútbol y el resultado fueron secundarios. De hecho, fútbol ni hubo. Fue una auténtica escalada de broncas que desembocó en una batalla campal final donde hubo cinco expulsados, entre ellos Neymar.
Fue en el añadido del encuentro, que se fue hasta el minuto 100 por el lío brutal antes del pitido final. Paredes hizo una falta en el centro del campo, su rival se revolvió y ambos se equipos se enzararon en una pelea con empujones y patadas.
Hasta cuatro rojas se enseñaron en el momento. Dos directas, para Kurzawa y Amavi, y dos por segunda amarilla para Leandro Paredes y Darío Benedetto. Pero quedaba más: el árbitro llamó al árbitro para que fuera a revisar una que se le había escapado.
Lo que el colegiado vio en la pantalla fue un puñetazo de Neymar a Álvaro González. El brasileño las tuvo de todos los colores durante el partido con el central del Marsella, al que en la primera mitad acusó de haberle dedicado un insulto racista.
Caliente por ello y con las revoluciones del partido por las nubes, el delantero del PSG tuvo una última discusión con Álvaro justo antes de la tangana. Y en ella, con todos dándose hasta en el DNI, Neymar sacó el puño a pasear y pegó al español.
Finalmente, camino del túnel de vestuarios, Neymar se paró para protestarle al cuarto árbitro. "¡Le pegué porque era un racista!", recogió el micrófono de ambiente de la boca del brasileño, que este domingo regresaba a la Ligue 1 tras superar el coronavirus.
September 13, 2020