Que Neymar tenga un minuto de fama por partido por culpa de sus botas ya no es noticia. Hoy lo fue porque se puso a atarse los cordones delante de Sandro cuando éste iba a botar una falta.
Impidió, quizá involuntariamente, el saque y fue amonestado. Nunca sabremos si fue parte de esa supuesta acción de marketing que se rumorea que pone en práctica partido tras partido, o si en verdad estaba incómodo.
Ya dijo Luis Enrique, al ser preguntado por estos incidentes, que prefiere perderle un minuto para que juegue el partido a gusto. Pero esta acción le costó una amarilla, que se convirtió en roja en la segunda parte.