En el panorama del fútbol actual, tener como uno de tus rivales o enemigos (fuera del terreno de juego) al PSG no es un buen negocio. Y el Barça lo sabe mejor que nadie.
Con el posible regreso de Neymar al conjunto de la Ciudad Condal, muchos son los que recuerdan qué pasó la última vez que el Barcelona trató de arrebatarle un 'crack' a la entidad parisina.
Fue hace dos años, en el verano de 2017. Por aquel entonces, el equipo del Camp Nou andaba buscando un refuerzo de lujo para su centro del campo y parecía tenerlo muy claro: Marco Verratti.
El futbolista italiano era muy del gusto de la directiva y del cuerpo técnico. Rápidamente la noticia sobre el interés azulgrana corrió como la pólvora, con el propio Marco dejándose querer.
Una situación que no gustó ni un pelo al Paris Saint-Germain, equipo de Verratti, que de inmediato tomó medidas muy drásticas y perjudiciales para el Barça.
Tal y como recuerda 'AS', lo primero que hizo el PSG fue reprender a su futbolista (cuyo agente había dicho que Marco "se encontraba preso en París"), casi obligándole a cambiar de representante y a pedir perdon públicamente en un vídeo.
Una vez solventado el 'problema' con el jugador, el club de la Ciudad de la Luz buscó de inmediato 'castigar' al Barcelona por sus modos en la posible operación.
Por ello, poco después, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al-Thani, activó la 'Opción Neymar' y el conjunto parisino se lanzó con todo a por el brasileño, que semanas después acabaría en el Parque de los Príncipes.
Una historia que dejó bien claro que el cuadro francés no se anda con chiquitas, por lo que el Barça, si quiere repatriar a Neymar, deberá andar con pies de plomo en una negociación que se antoja dura como el granito egipcio.