La clasificación daba como favorito al Southampton, pero, desde el inicio, quedó claro que era el West Bromwich el que más pujaba por el triunfo. De hecho, solo tardó cuatro minutos en hacer el primer gol.
Un tanto que debió subir al marcador y que no lo hizo por una extraña decisión del VAR. Diagne marcó en posición correcta, aunque el juez de línea levantó el banderín. El VAR tiró líneas, pero pareció creer que el que remataba era Bartley, que sí estaba en fuera de juego y justo detrás de Diagne.
Al final, y ante el asombro de muchos, el gol fue anulado. Pero eso no frenó a un equipo que se convirtió en un torbellino del que el Southampton no podía correr ni esconderse.
Tuvo varias ocasiones y llegadas claras el cuadro local, aunque tuvo que recurrir al punto de penalti para ponerse por delante. Forster arrolló a Matheus Pereira en el área y él mismo fue el encargado de transformar la pena máxima en el 32'.
Solo pasaron tres minutos hasta el segundo tanto, obra de Phillips. El delantero remachó en el área pequeña un pase de la muerte de Diagne. 2-0 y partido casi encarrilado al descanso.
Salió mejor el conjunto visitante en la segunda mitad, aunque quedó claro que no tenía la mira ajustada en ataque. Los 'saints' lo intentaron, pero se fueron desinflando con el paso de los minutos. Y el 3-0, obra de Robinson en el 69', les terminó de matar.
Para redondear la noche para olvidar, Ward-Prowse, uno de los jugadores con mejor golpeo de la Premier, vio cómo Johnstone le paraba un penalti en el minuto 93.
El triunfo carga un poco la fe del WBA, penúltimo con 24 puntos tras dos victorias consecutivas y que ve la salvación a ocho puntos. Por su parte, el Southampton se queda decimocuarto con 36, diez por encima del pozo.