Tras haber perdido 15 partidos seguidos ante Costa Rica, una de sus bestias negras, Nicaragua hizo valor de su capacidad guerrera para aferrarse al 0-0 que le supo como victoria a su equipo.
Costa Rica trató de llevar la iniciativa durante todo el partido, pero Nicaragua supo manejar los tiempos y fue bastante paciente.
La primera mitad fue un poco más calmada, pero en el segundo tiempo ambos equipos tiraron de intensidad, llegándose a ver hasta cinco cartulinas amarillas.
Sin ocasiones realmente destacables, el partido acabó sin goles y sin mucha emoción, pero con una victoria anímica absoluta para la selección visitante.