El Villarreal estará en los cuartos de final de la Copa del Rey gracias al protagonista más y a la vez menos esperado. Fer Niño le ha cogido el gusto muy, muy rápido a la élite y cómo lo agradecen los de Javi Calleja.
El delantero se volvió a convertir en salvador en Vallecas, donde sacó del atolladero a un Villarreal que ya se veía en la prórroga ante un Rayo valiente, como es santo y seña de Paco Jémez. Y si no que se lo digan a Andrés Fernández, que las sacó de todos los colores.
El guardameta amarillo se tuvo que emplear a fondo para evitar los tantos de Isi y su tocayo Andrés, mientras otros como Montiel seguían apretando. Solo Ontiveros aparecía con fogonazos que reactivaban al cuadro castellonense.
No cambió mucho el asunto en la segunda mitad, Mario Suárez perdonaría a la hora de partido, pero entonces llegó Quintillá para meter el resuello para dentro al Rayo. El VAR determinó que había un fuera de juego milimétrico, pero que lo había, así que el tanto no subió al marcador.
La tensión iba a más, pero entonces apareció el héroe. Un joven imberbe que se desenvuelve como pez en el agua en el área, donde su padre, mítico defensa del Mallorca, se dedicaba a contener lo que su hijo sabe hacer mejor.
En el 83', como ya hizo en el 90' en Mendizorroza, Fernando Niño (digámoslo con todas las letras) apareció en el primer palo para empujar un toque de Trigueros y desatar la locura que calmó con la seguridad del triunfo Santi Cazorla, que hizo un tanto de cirujano en la siguiente acción.
Sonríe el Villarreal, que está en cuartos de Copa mientras descubre a otra perla con apellido de defensa y espíritu de matador. Niño se hace grande a golpe de gol y está aquí para quedarse.