"No ganar el Balón de Oro fue una decepción personal"
Raphinha fue uno de los nombres propios de la temporada 2024-25. El brasileño, autor de 34 goles y 22 asistencias, participó de lleno en los tres títulos logrados por el FC Barcelona y su nombre empezó a sonar muy fuerte para ganar el Balón de Oro. Sin embargo, el atacante acabó en la quinta posición.
Precisamente, el azulgrana habló sobre eso en el último número de la 'Revista Q', en la que también trató otros asuntos como el Mundial 2026 y si tiene algún tipo de rivalidad con Lamine Yamal. Empezando por la pelota dorada, el de Porto Alegre admitió que no gana el premio fue una "decepción personal".
"Cuando te entregas tanto, trabajas cada día y sientes que tuviste una temporada increíble, naturalmente esperas estar entre los mejores. Terminar quinto fue un honor, por supuesto, pero mis expectativas eran más altas. Al mismo tiempo, me enseñó humildad y perspectiva. El Balón de Oro es un premio individual, pero el fútbol es un juego colectivo. Al mirar todo lo que logré con el Barcelona y con Brasil, me doy cuenta de cuánto tengo que agradecer. Eso me motiva a seguir esforzándome, a seguir creciendo, y ojalá tenga otra oportunidad de luchar por estar en lo más alto en el futuro", afirmó.
Pese a quedarse en la ya mencionada quinta plaza, Raphinha cree que tendrá otra oportunidad en el futuro: "Sí, absolutamente. El fútbol está lleno de ciclos y oportunidades, y creo que aún tengo muchos años por delante para alcanzar nuevos objetivos. Terminar quinto ya fue una experiencia increíble, pero también me mostró que hay margen para crecer y pelear por la cima. Cada temporada es una nueva oportunidad para rendir, ganar títulos y obtener reconocimiento. Lo veo como motivación, no como presión. Conozco mi potencial y todo lo que he trabajado para llegar hasta aquí, y estoy decidido a seguir construyendo. Sinceramente, creo que lo mejor está por venir".
En relación a una rivalidad con Lamine Yamal, esto es lo que dijo atacante: "Esa rivalidad, simplemente, no existe. La realidad es completamente diferente de lo que algunas personas podrían imaginar. Tengo un enorme respeto por Lamine, tanto como jugador como persona, y nuestras familias se llevan extremadamente bien. Por supuesto, el fútbol es un deporte competitivo, y naturalmente hay competencia entre compañeros de equipo, pero para nosotros, siempre ha sido sana y motivadora. Lo que realmente existe entre nosotros es un deseo mutuo de rendir al máximo, impulsarnos el uno al otro y ayudar al equipo a tener éxito. Nos desafiamos en el campo, pero siempre de manera constructiva, nunca personal".
"Fuera del fútbol, nuestra relación es muy fuerte. Compartimos risas, experiencias y nos apoyamos dentro y fuera del estadio. Siento como si Lamine fuera de la familia. Ese vínculo lo mejora todo: crea confianza, unidad y un ambiente positivo dentro del equipo. Hay admiración, respeto y amistad, no rivalidad. Estoy realmente agradecido de tener a alguien como él a mi lado, alguien que me inspira y ayuda a elevar a todo el grupo", añadió.

Pese a transformarse el curso pasado, Raphinha pasó malos momentos antes de dar ese salto y le ayudó un psicólogo. "Fue fundamental. El fútbol a menudo se centra solo en lo físico y lo técnico, pero la mente es lo que te sostiene en los momentos más duros. Trabajar con un psicólogo me ayudó a entender mis propias emociones, a lidiar con las críticas, la presión e incluso con las dudas que a veces surgen cuando las cosas no van bien. Me dio herramientas para mantener la calma, enfocarme en lo que realmente importa y no dejar que la negatividad me domine. Creo que la terapia no solo me mejoró como jugador, sino también como persona, esposo y padre. Me volví más equilibrado y preparado para enfrentar los desafíos", espetó.
Al brasileño le gustaría retirarse en el Barça si tiene la ocasión: "Sí, me encantaría. El Barcelona es un club que me ha dado mucho, que me acogió en un momento muy importante de mi carrera y donde me siento en casa. Si las circunstancias lo permiten, sería un honor pasar el resto de mi carrera aquí, ganando títulos, ayudando a los más jóvenes y dejando mi huella en la historia del club. Pero también sé que el fútbol es impredecible, así que intento vivir el presente. Por ahora, mi enfoque está en dar lo mejor de mí cada día con esta camiseta y dejar que el futuro siga su curso".
Por último, Raphinha confesó que sueña con ganar la Copa del Mundo con su selección, lo que sería el mayor logro de su trayectoria. "Sí, sin duda. Ganar el Mundial con Brasil sería el mayor sueño de mi carrera. Desde niño, jugando descalzo en las calles de Restinga, soñaba con ese momento: representar a mi país en el escenario más grande y luchar por el título más importante que existe. Es una motivación diaria: cada entrenamiento, cada partido, cada decisión que tomo en el campo mantiene vivo ese sueño. Representar a Brasil es un privilegio enorme, y llevar alegría a millones de personas no tiene precio. Sería la realización de un sueño de infancia, una recompensa por todos los sacrificios, las luchas y los desafíos que superé en mi camino. Ser campeón del mundo con Brasil sería el mayor logro de mi carrera y algo que llevaría con orgullo por el resto de mi vida", finalizó.